viernes, 13 de marzo de 2009

La Literarura Griega

La épica
La historia de la literatura griega pieza con aparición, hacia el siglo 8 a.J.C de dos poemas extensos, la lliada y la Odisea. Ambas epopeyas recogen el sustrato mítico y legendario del pueblo griego, por lo que cabe pensar que se trata de obras que
Culminan un proceso de varias generaciones de poetas, de los cuales nada se sabe. Ello resulta comprensible si pensamos que en la antigüedad la poesía se transmitian oralmente a través de los acedos, quienes cantaba las hazañas de los héroes acompañados por un instrumento musical.
No es hasta el siglo 7 cuando estos texto parecen haber estado fijados por escrito, pues en esa época los rapsodas ya recitan los poemas acompañados sólo por el ritmo que marca un bastón.
Mientras los aedos cantaban libremente las leyenda que conocían,
Los rapsodas recitaban de memoria largos fragmentos. Las pruebas de oralidad en la lliada y la Odisea las tenemos en el uso repetido de fórmulas que facilitan la memoria de recitador.
Pero, además, en estos poemas existe una elaboración estructural que hace pensar en su redacción escrita.
Desde siempre se ha creído que Homero era el autor de tales creaciones. Su figura resulta prácticamente legendaria para nosotros. Parece que nació en Quios o en Esmirna y que en su vejez sufrio ceguera. Muchos se ha discutido sobre si las dos obras pertenecen al mismo autor y si ambas son fruto de una única mente organizativa. Algunos críticos han llegado a pensar.
Que la lliada es obra de madurez . Sin embargo, no existen sufisiente argumentos para inclinarse por ninguna de estas teorías, por lo que nos remitimos al critico más popular, el de atribuirlas a Homero. La lliad es una pintura de combates en la que se nos cuenta el asedio de Troya por tropas griega.

La narración ocupa sólo cincuenta y un días de los diez años que duró la guerra y la trama se centra en la cólera de un personaje, Aquiles. Los hechos herotico que sen evocan no necesitan explicaciones para un público que ya conoce la leyenda ( siglos 13-12 a.J.C) por lo que Homero se centra en el dilema moral del protagonista.Aquiles, hijo de una diosa pero condenado a templada muerte, encarna los ideales heroico de los griego: elocuente, hermoso y valiente.

Aquiles se enfurece contra su jefe Agamenó porque le ha negado una muchacha cautiva que le correspondía como botín de la guerra. El protagonista se niega entones a seguir en la lucha de asedio de Troya. Todo intento de convencer es vano hasta que muere su mejor amigo, Patroclo, en el campo de batalla. Aquiles regresa para aniquilar al asesino de su compañero, Héctor. El troyano es el antagonista del héroe aqueo:

Es hijo de mortales y, más que su bravura, destacan en él rasgo de amor conyugal y justicia. Aquiles rabioso, da muerte a Héctor y prende mutilla sus cadáveres pero finalmente siente compasión del anciano Príamo, le suplica benevolencia para el cadáver de su hijo. El héroe pasa de la cólera a la piedad y recupera su personalidad.

La Odisea no es una historia de guerra, sino de aventura. Narra el viaje de Ulises de regresar de su patria Itálica, después de la guerra de Troya.La historia, enmarcada en la estructura de trayecto azaroso, enlaza con sucesos diversos que pertenece al folclore más antiguo: relato de naufrago que llegan a isla maravillosas, la leyenda de los Argonautas, la leyenda de los héroes de Troya, el motivo de la búsqueda, cuentos populares de gigante y hechicera. La obra se organiza en tres partes: la telemaquia ( cantos 1 al 4), en que Telémaco busca a su padre Ulises para advertirle de los pretendiente que asechan a Penélope; las aventura de Ulises desde la caída de Troya hasta Itálica ( cantos 5 al 13); la venganza con la muerte de los pretendiente de Penélope, esposa de Ulises ( cantos 13 al 24).
En la Odisea el poeta valora la astucia y el ingenio de un héroe más humano, frente al carácter preferentemente bélico de la lliada. Ambas obras emplean el hexámetro en el verso y se expresan en una lengua artificial, sólo apta para la literatura. Presenta toda la característica de la tradición oral: fórmulas mnemotécnicas, estructura episódica y claridad de expresión. En el estilo, fragua un recuso muy divulgado después, el epíteto, expresión que esencial del sustantivo al que acompaña. Recordemos, por ejemplo, la Aurora, la de los dedos rosados o Aquiles, el de los pies ligero.
Contemporáneo de Homero parece haber sido Hesiodo, natural de Jonia y perteneciente a una familia de ricos labradores y que en nada recordaba el aristocrático mundo del poeta ciego. Probablemente escribió entre los siglos IX y vIII a.J.C y su obra más relevante fue los trabajos y los días, poema que pretendía ser un manual útil en las tareas del campo. Hesiodo aplico la épica a un tema didáctico con un gran conocimiento de la naturaleza. Su sentido practico se aplico también en el uso de cuentos y máximas para los consejos que transmitían.

La Literatura Clásica


Aurea dicta
La vida del siglo xx nos hace frecuencia ajenos a la lectura y, por tanto, a la sabiduria clásica. Nadie tiene tiempo ya de abrir un libro de Virgilio, de Terencio o de Sófocles.
Sin embargo, incluso en nuestra vida diaria usamos u oímos frases que son dicta, es
Decir, sentencias de autores famosos de la Antigüedad. Tales máximas se citan para adorna el propio discurso y es signo de cultura , más o menos pedante , saber reconocerla. Pero pongamos nombre a las sentencias: Nada humano me es ajeno es frase de Terencio; Más vale tarde que nunca, de Tito Livio; La cara es el espejo del alma, de Cicerón.
Otras citas no son tan famosas, pero nos descubren la gran aventura que significa releer a los clásicos: La naturaleza no nos revela todos sus secretos a la vez, Séneca.
La base de la cultura occidental se sustenta sobre los pirares de las literaturas griega y romana. Los escritores de ese tiempo se han convertido en modelos clásico, imitados a lo largo de sucesivas generaciones. Atribuimos a Grecia la capacidad creativa de un mundo lleno de fabulaciones mitológicas que son lugar común para cual cualquier persona culta, y que se formularon tanto en la lírica como en la dramática y la épica.
Roma, en cambio, lejos de alardes imaginativos, supo conseguir las huellas de los griegos y destacar en otro campos, como el de la historia y la oratoria, sin menoscabo
De los géneros anteriormente citados.
La literatura griega abarca el periodo comprendido entre los siglos 13 y 2 a.J.C, con una etapa áurea que transcurre entre los siglos 5 y 4. La literatura latina empieza en el siglo 3 a.J.C.; acaba en el siglo 6 d.J.C.; aunque el latin como lenguaje de cultura tuvo una vida más larga. Los siglos 1 a.J.C.; . d.J.C.; son la Edad de Oro de la literatura romana.